Estudié la carrera de licenciado en Derecho en la ciudad de Morelia siempre he estado en contra de las injusticias y de que la gente se aproveche de los demás, por lo que me llamó la atención esa carrera, además de que quería trabajar en algo que no fuera aburrido o monótono, así que terminé mi carrera, me titulé y me regresé a Los Reyes, Michoacán, lugar donde viven mis padres, pero como a todos nos pasa, llegamos a empezar de cero, sin dinero y con muchas necesidades, por lo que mi papá me dijo un día que había la posibilidad de entrar a dar clases a Colegio de Bachilleres por un semestre, que pensara si quería entrar y lo pensé muy bien dado que yo era de los que decían que en la vida iba a ser maestro y recordaba además de cuando yo era alumno y me burlaba de maestros o los hacía enojar, pero me decidí a entrar pensando que sólo sería mientras ganaba un poco de dinero para poner mi despacho jurídico.
Recuerdo el primer día, me asignaron dos grupos y uno de ellos el más indisciplinado de todo bachilleres, eran casi 50 alumnos, sólo dos mujeres y los demás hombres, y el prefecto lo primero que me dijo fue: “¿a poco te tocó el grupo 503? Agárrate con esos muchachos” así que con esa recomendación y esos ánimos y sin haber estado nunca ante un grupo llegué nervioso a presentarme sin saber como dar una clase y mucho menos como controlar a tantos muchachos, esto fue en el año 2004 y de ese año a la fecha he cambiado mucho y muy rápido mi formación como docente por la necesidad de ofrecer a los alumnos una buena instrucción porque como decía al principio, no me gustan las injusticias y se me hacía injusto que los alumnos tuvieran un maestro como yo, sin preparación pedagógica y sin estar convencido de lo que hacía, por lo que decidí precisamente convencerme de lo que estaba haciendo y hacerlo bien, entonces me fui metiendo más y más a la labor docente a pesar de tener ya algunos asuntos legales que fui combinando con la docencia, hasta que tuve que decidir un día qué era lo que me gustaba más ya que la docencia es una profesión que requiere todo tu tiempo y me decidí por este oficio, así que solicité trabajo también en una universidad cercana a Los Reyes para seguir en mi área de Derecho y estando ahí tuve la oportunidad y la necesidad de estudiar una maestría en educación, sentía pena que los alumnos supieran dar mejor que yo una clase cuando los ponía a exponer y que yo sólo utilizara mi computadora como máquina de escribir, entonces esas necesidades fueron las que me hicieron que me gustara la docencia cada vez más hasta agarrarle sabor.
Pienso que ser maestro lleva una gran responsabilidad porque nosotros somos los encargados de formarlos para la vida y en muchas ocasiones los papás piensas que la educación debe de darse totalmente en la escuela, lo cual es un error porque la primera educación empieza en casa, por ello el dar clase en nivel medio superior ha significado para mí un reto muy grande de superación personal con lo cual no sólo me beneficio yo, sino también mis alumnos y que además he logrado mi objetivo que me plantee en un principio de tener un trabajo que no fuera monótono, todos los días son diferentes para mi, cada semestre tengo alumnos nuevos, siempre hay cursos de actualización, conozco a mucha gente y además de todo ello, me pagan y tengo un salario seguro con el que puedo mantener a mi familia dignamente, trabajando en lo que me gusta y haciéndolo mejor cada día.
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